Bienvenid@s

Este espacio ha sido creado para aquellos que no conozcan el motivo por el cual decidí emprender Mi lucha contra la usura. Se hizo una recopilación de los primeros textos publicados hace cuatro años y se les ofrecen para que, si alguien no los ha leído, puedan saber cuál fue el origen de todo, ya que mucho se ha dicho sobre que mi identidad es ficticia, que no soy deudora o incluso que alguien me paga para que ataque a los bancos.
Sobre todo, este espacio se ha creado para que si alguna persona vive acechada por algún prestamista, tenga algunas herramientas para defenderse.


La forma de leer la totalidad de los artículos es la siguiente:

1. Se comienza por la página principal, hasta arriba del blog y se continúa en donde dice "entradas más antiguas". Esto porque blogger sólo permite un máximo de 20 páginas.

Espero que lo aquí escrito le sirva a muchas personas para no vivir una situación similar.

Mar Morales

Dos meses más pagándole


Durante los siguientes dos meses le pagué puntualmente su rédito semanal. Ya había ajustado el año de estarle dando dinero. Ella se portaba amable, risueña, hipócrita. El, a veces me veía y a veces no. A mí me causaba indigestión y urticaria ir a verlos, pero no me quedaba de otra. Era parte del compromiso pero parte también de la estrategia que tenía que seguir.

Para esas alturas había concluido que lo mejor era mantener una tensa calma, no enfrentarme con ellos, ahí irla pasando. Y claro, sí, tenía la esperanza de poderles dar sus quince mil pesos. Trabajaba horas extras, el negocio lo manejaba al cien, pero el dinero no parecía rendir igual. Y es que en el inter sucedieron cosas: mi hija enfermó y nosotros no contamos con Seguro Social. así que la hospitalización, las consultas, la medicina y todo salió de nuestro menguado bolsillo.

En nuestro país sólo los "privilegiados" tienen acceso a los servicios médicos del gobierno. Si no lo tienes te carga Judas porque todo es carísimo. Pues con todo, pudimos sacar adelante a la hija y seguirle pagando. Lo que sí, no le veía el fondo a la olla. ¿Cuándo terminaría de pagar? Por supuesto no tenía ahorros, sólo deudas. Ya había dejado de pagar dos TDC y estaba por reventar la tercera. Sí, tenía varias. Fui de esas "afortunadas" que los bancos les dio crédito como tarjetas de presentación. La voracidad bancaria en busca de clientes, de esclavos financieros. Y la estupidez de los que caímos. Porque sí, es una estupidez dejarse atrapar por el dinero plástico.

Yo no me flagelo, no me azoto, no culpo sólo a terceros. Lo acepté así porque pensé que era fácil manejarlo. Cómo no. Lo peor que podemos hacer es suponer que siempre tendremos los mismo ingresos, las mismas entradas, las mismas posibilidades. No podemos construir castillos en el aire ni comprometernos a nada. Y eso fue lo que me pasó a mí.

Aclaro: nunca despilfarré el dinero ni me gasté todo en banalidades. Ojalá y así hubiera sido y quizá la "cruda moral" nunca me hubiera llegado. Sí, porque cuando te los gastas con la conciencia de hacerlo a la "mala" y punto. Lo peor es cuando ves que las deudas crecen y crecen mientras más pagas y pagas. Justo lo contrario debería de ser. Pero las deudas no se inventaron de esa forma. Les falló la receta. O les funcionó bien. Según como se quiera ver.

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