Bienvenid@s

Este espacio ha sido creado para aquellos que no conozcan el motivo por el cual decidí emprender Mi lucha contra la usura. Se hizo una recopilación de los primeros textos publicados hace cuatro años y se les ofrecen para que, si alguien no los ha leído, puedan saber cuál fue el origen de todo, ya que mucho se ha dicho sobre que mi identidad es ficticia, que no soy deudora o incluso que alguien me paga para que ataque a los bancos.
Sobre todo, este espacio se ha creado para que si alguna persona vive acechada por algún prestamista, tenga algunas herramientas para defenderse.


La forma de leer la totalidad de los artículos es la siguiente:

1. Se comienza por la página principal, hasta arriba del blog y se continúa en donde dice "entradas más antiguas". Esto porque blogger sólo permite un máximo de 20 páginas.

Espero que lo aquí escrito le sirva a muchas personas para no vivir una situación similar.

Mar Morales

domingo, 3 de marzo de 2013

Ya te pagué....¿ok?



Como yo no estaba cerca ni le quería contestar el teléfono, el usurero, ahora él, se fue a buscar a mi amiga para cobrarle.
Le dijo que se estaba dando cuenta que yo evadía la responsabilidad y que ella debía responder por el dinero. Mi amiga se quedó callada, viéndolo en silencio mientras pensaba qué le podría contestar. Teníamos más que claro que no podíamos hacer dos cosas: ni enojarnos, ni asustarnos. Las dos emociones eran en verdad difíciles de encubrir, pero ya con el coraje adquirido después de tanto tiempo, no lo es tanto.
Decidió sacarlo de quicio. Sí, parece raro y complicado pero tiene una explicación. Cuando alguien te repite con firmeza algo que tú crees no es cierto, en primer lugar reaccionas con furia, pero si te mantienes en tu postura, puede ser que consigas tener el control.
No quedaba de otra, había que decirle eso: "No sé de qué me hablas, yo ya te pagué ok?". No saben cómo lamento no haber estado presente para ver su reacción, pero con seguridad el hombre sintió que estaba enloqueciendo. Le dijo que no era cierto, que si seguía con esa actitud a las dos nos iba a meter a la cárcel.
- ¿Por qué a la cárcel? NO hemos cometido ningún delito.
- ¿Te parece poco? Me robaron mi dinero que de buena fe les presté.
-Y que ya te pagamos, con un chorro de interés. No hubo ninguna buena fe de tu parte o sí?
-No tienes manera de probarlo.
-¿Eso crees?
-Sí, y yo tengo un pagaré firmado por ustedes dos.
- Sí, un pagaré en blanco, con un contrato que dice que cobras más del veintinco por ciento mensual. ¿Lo llevamos como prueba ante la ley?
Sospecho que al llegar a este punto de la plática, al hombre estaba a punto de darle un ataque al miocardio. Y cómo no. Nosotras habíamos sido unas brutas en tener trato con ellos, pero ellos eran delincuentes con cara de buenas personas. Ya las cartas estaban sobre la mesa. Nos faltaba ver quién daría en primer paso

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